En la década de los años 80 el mundo centró sus ojos consumistas en Japón y empezó a importar productos de aquel país, no sin ser algo remisos respecto a la calidad de los artículos procedentes del país nipón. Han pasado 35 años y la evolución ha otorgado a los productos japoneses el reconocimiento internacional. Esa fiebre exportadora de Japón, entre otros factores, le permitió convertirse en la potencia económica que es hoy, con el consecuente y progresivo aumento de precio de sus productos, debido a la alta demanada y a la escasez de mano de obra.
Más tarde llegaron los productos taiwaneses y en menor medida los coreanos, los cuales también tuvieron un recorrido similar al de Japón, con una alta demanda de productos y mano de obra insuficiente, que conllevó de nuevo el aumento de precios en esos productos exportados.
Ahora el país que monopoliza las exportaciones es China y como le pasó a Japón o a Taiwán, también le han colgado el sambenito de producir productos de mala calidad desde sus inicios exportadores. Pero, ¿por qué se pensamos así? Nosotros, a traves de nuestra experiencia visitando fábricas y fábricas a lo largo de la geografía china durante años, hemos encontrado a proveedores y fabricantes que producían los productos de Siemens, Honda, Mercedes Benz, Ikea y muchas grandes multinacionalres reconocidas por la calidad de sus productos o por la buena relación calidad-precio de los mismos.
Entonces te preguntarás: ¿y yo por qué solo veo baratijas en los bazares chinos de mi país? Quizás porque la mayoría de comercios chinos en el extranjero adoptan la política de precios bajos y calidad baja, y no les va mal realmente, pese a los prejuicios que persiguen a los productos "made in China". En cualquier caso, tenemos que recordar que en las fábricas chinas vas a encontrar todo tipo de calidades, desde productos acabados de manera excelente a auténticas chapuzas de dudosa profesionalidad. Por ello, nunca nos cansaremos de decir que a la hora de buscar una buena fábrica no sólo hay que prestar atención al precio por unidad o correrás el riesgo de comprar mala calidad.
En cualquier caso, poco a poco China está cambiando: es uno de los países del mundo que invierte más en I+D+d, sigue pujando fuerte en el sector aeroespacial y cada día va aumentando el número de patentes y nuevas tecnologías surgidas en el gigante asiático.
¿Entonces los productos chinos baratos del presente serán los productos caros japoneses del futuro y los productos malayos o indonesios serán sus sustitutos? Es difícil responder a esa pregunta aunque muchos ya están insinuando que sí; sin embargo, lo que está claro es que China no es Japón ni Corea. China es un país que cuenta con una desbordante mano de obra y una tecnología desarrollada y cada vez más puntera en el mundo. Esa combinación de factores y el factor político, capaz de intervenir hasta cierto punto en el control de los precios, pueden garantizar que estos sigan siendo competitivos a nivel internacional. ¡Así que esperemos tener trabajo por mucho tiempo!